lunes, 20 de noviembre de 2017

Recuerdos de Navidad

Hola, amigos: llevo mucho tiempo sin escribir algunas de mis historias y hoy me decido a hacerlo.

Y es que pienso que en estas fechas es normal que nos invadan recuerdos de antaño, porque unos mejores, otros peores, son los que forman parte de nuestra vida. Los recuerdos que yo tengo de cuando llegaban estas fiestas son muy entrañables y siento mucha nostalgia al recordarlos.

Mis padres en los días previos a Navidad (entonces lo vivía como algo natural) hoy como algo especial, vivido de niña, preparaban todo lo necesario para hacer los dulces propios de estas fiestas, pues en aquél entonces estos se hacían en las casas y ellos tenían mucha predisposición, también eran muy jóvenes, y eso se notaba en la alegría conque lo preparaban todo.
Daba gusto verlos haciendo los polvorones, mantecados, borrachuelos pestiños, etc., etc. A los niños nos dejaban participar, por ejemplo, dándoles forma a los polvorones y mantecados, con los moldes hechos por mi padre, ovalados o redondos. Pero es que también estos 2 ó 3 días servían para reunirse amigos y vecinos que, al mismo tiempo que ayudaban, venían dispuestos a alegrar la jornada y se cantaban villancicos cogiendo zambombas, panderetas, carracas o, simplemente, lo primero que hubiera a mano, una botella de anís, haciéndola sonar con una cuchara, una sartén vieja golpeándola con un mazo y cosas por el estilo, cualquier utensilio era bueno, lo importante era pasarlo bien y esto os aseguro que se conseguía, pues tanto adultos como niños con estas sencillas cosas disfrutábamos de lo lindo¡¡ahora esto es casi impensable!!
Cuando llegaba La Noche buena", hablo siendo yo niña"¡¡Ufffff!!! en Melilla, paseaban unos grupos llamados "popularmente" pastorales, iban ataviados con los trajes típicos de pastores y acompañándose de zambombas, panderetas, etc.,etc, recorrían las calles llenándolas de alegría, hacían paradas que los vecinos aprovechaban para unirse a ellos en los cantos e invitarlos a tomar algo.
En fin, de verdad, que esas navidades de niña y adolescente, aun con menos medios, para nada las cambio por las de ahora, pues quizás una de las ventajas de ser niño sea que, si ves alegría a tu alrededor, no necesitas nada más.
 Yo entiendo que  los jóvenes de hoy se queden algo perplejos, pues hasta yo al recordarlo me parece un sueño, pero es una realidad, y para mi muy agradable de recordar. Esto es lo que tiene ser mayor, que te invaden los recuerdos.
No quisiera que pensarais que hoy en día no veo cosas positivas¡¡¡¡ni mucho menos!!! sólo que, según mi criterio, ha cambiado algo la esencia de la fiesta y, como es natural, todo tiene su encanto, si lo sabes disfrutar.
Ahora pasear por las calles de cualquier ciudad es una delicia con esas preciosas iluminaciones que son un regalo para la vista y los bonitos belenes, tan elaborados que son verdaderas obras de arte.  En fin, hay que saber adaptarse al momento en el que vives.
Y ya dejo esta historia, esperando no haberos aburrido demasiado.  ¡¡Hasta la próxima!!   

 Puri Nieto

   

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